Nuestro análisis

Al iniciar una nueva etapa de su vida como el Movimiento político más longevo de Guinea Ecuatorial y ante la crisis sociopolítica consecuencia de la tiranía que ensangrienta el suelo de la patria y produce numerosas muertes, la Alianza Nacional de Restauración Democrática (ANRD) de Guinea Ecuatorial, después de un análisis minucioso de la situación con referencia al pasado e interpretando el presente y las necesidades del futuro, llega a las siguientes conclusiones:
-Que esta crisis no podrá frenarse si el pueblo no se forma, organiza y supera el miedo para levantar y decir basta a quienes, movidos por la ambición al poder, mantienen secuestradas a las instituciones públicas, sin importarles el sufrimiento de la gente y el destino de la nación;
-Que la situación que vive el país desde su acceso a la independencia, el 12 de octubre 1968, difícilmente podrá superarse, sin una profunda y verdadera transformación interna en la forma de pensar y actuar de la gente, sobre todo las nuevas generaciones;
-Que nuestro país, Guinea Ecuatorial, necesita un proyecto político que garantice un verdadero Estado de Derecho y promueva una efectiva reconstrucción nacional. Ese proyecto no podrá ser cualquier salto al vacío, sino que deberá edificarse sobre políticas reales que resuelvan los verdaderos problemas de todos los ciudadanos y no de un grupo social o étnico. Se necesita políticas capaces de fortalecer la función pública con la participación ciudadana, para brindar una respuesta a sus demandas y no la negación de sus responsabilidades fundamentales como son la alimentación, la educación, la salud, la seguridad, entre otras; un proyecto basado en la libre expresión, manifestación y debate de ideas, acceso a la información, rendición de cuentas, consenso, autogestión, solidaridad y respeto a la pluralidad étnica e ideológica, con la finalidad de que la decisión ciudadana sea factor fundamental en las políticas del Estado.
El actual régimen antipopular no solo no puede contribuir ni ofrecer este tipo de proyecto de construcción de una sociedad más justa, sino que es el principal mecanismo de reproducción de la injusticia, la discriminación y el deterioro de los valores sociales y éticos que generan violencia, delincuencia, corrupción, nepotismo, abuso de poder y la barbarie que impera en hechos cada vez más frecuentes en la vida cotidiana de los guineaecuatorianos. El asesinato vil, la tortura física y moral a la población entera, la vejación que no respeta las fronteras de la edad o del sexo, el desconocimiento de toda norma de derecho, el robo desembozado de los caudales públicos, el nepotismo y la discriminación étnica y cultural, la explotación y prostitución sexual y política por desaprensivos miembros del grupo en el poder, la reiterada suspensión de las garantías de sus propias constituciones, el control y la férrea censura de la prensa, etc. han sido elevados por el régimen a la categoría de sistema de gobierno. En todas las ciudades del país aumentan las muertes y desapariciones misteriosas que originan los titulados agentes del orden o las cuadrillas irregulares organizadas para la represión. En los pueblos, el régimen comete casi a diario el delito de apropiación indebida de terrenos y bienes ajenos, arrancando las vidas a núcleos de indefensos y pacíficos ciudadanos, por el solo hecho de que tal o cual haya pensado diferente a las orientaciones del dictador. Como colofón, el endeudamiento y la explotación descarada de las compañías extranjeras a nuestros recursos minerales y forestales y la penetración y control mayoritario extranjeros de casi todos los sectores económicos del país, la práctica impune de todos los vicios, donde ladrones y criminales (personajes que estarían encarcelados en cualquier otra parte del mundo) son encumbrados, mientras aquel guineano que propugne la democracia y el desarrollo del país o que intente resolver los ingentes problemas, es derrocado, exiliado o asesinado. Todo esto compromete gravemente el futuro del país.
Desde su fundación, el 19 de agosto de 1974, la ANRD, con todos los medios a su alcance, con tenacidad y sin desmayo, viene luchando denodadamente y sin reparar en sacrificios, para reconquistar los conculcados derechos y perdidas de libertades y derechos en nuestro país después de su acceso a la independencia el 12 de octubre de 1968.
La lucha de la ANRD nunca ha sido un proyecto circunstancial para responder a una cierta coyuntura. Esta nació como una demanda popular ante la grave crisis que vivía el país. Se consideraba que, frente al terror y represión, había que presentar una alternativa de resistencia y frente a la agresión a la legalidad constitucional, había que movilizar a la masa popular para restablecer la Constitución de 1968. La base de la lucha de la ANRD siempre ha sido sus miembros, militantes y todos los guineaecuatorianos con mentalidad propia y desarrollada que pongan su inteligencia y sus cualidades personales al servicio de la causa, cuadros que desarrollen sus valores humanos dentro del espíritu colectivo y unitario.
Después del Golpe de Estado que llevó al poder al actual dictador, el 3 de agosto de 1979, y tras un análisis minucioso de la nueva situación, la ANRD presentó al Consejo Militar Supremo, una serie de requisitos como condición para regresar al país y participar a las tareas de reconstrucción nacional. (Este Comunicado oficial del 10 de agosto de 1979, fue publicado íntegramente como quinto anexo en el primer Informe de las Naciones Unidas de don Fernando Volio Jimenez, contenido en el documento E/CN.4/1371 de 12 de febrero de 1980, fue publicado igualmente en La Voz del Pueblo número 7, página 34; y también en muchos periódicos del mundo entero y con muchos comentarios en Radios y Televisiones). El Comunicado se puede leer aquí.
Dichos requisitos, que creemos legítimos y pertinentes para cualquier persona que quiere lo mejor para su país, no se han cumplido como tampoco se han realizado los objetivos de nuestra lucha. Por esta razón, las fuerzas políticas en la ANRD, reunidos en su IV Congreso de 1983, tomaron la decisión de continuar la lucha por todos los frentes y dentro de una organización clandestina en el interior del país y abierta en el exilio y al mundo, hasta conquistar el pleno desmantelamiento de las estructuras dictatoriales. Hoy, una vez más, reafirmamos con entera responsabilidad, que las fuerzas políticas en la ANRD que en el pasado contribuyeron al aislamiento internacional y aceleraron el derrocamiento de la dictadura de Macias Nguema, se vigorizan y cobran hoy nuevas fuerzas para continuar la lucha.
La ANRD no lucha por ambiciones e intereses que están encima de lo común y nacional. La lucha de la ANRD es una lucha del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo, basada en convicciones y principios que ni el Golpe de Estado que acabó con Macías Nguema el 3 de agosto de 1979, ni las revueltas a favor de la democracia que surgieron con la caída del bloque comunista, 1991, y trajo consigo y para los dictadores nuevas maneras de aferrarse en el poder, conocidas como “democracias de partido único”, o “democracias africanas”; ni los múltiples diálogos o llamamientos al diálogo que organiza el dictador o la oposición, han logrado detener los ánimos de lucha o arrancar a la ANRD de su posición, de sus convicciones y de sus principios.
Porque la ANRD no lucha para cambiar el actual sistema de dictadura por otro. La ANRD quiere destruir todas las estructuras de dictadura, de discriminación étnica, regionalista e económica para establecer una sociedad de personas libres, iguales, solidarias y progresistas y, para ello la ANRD quiere aprovechar todas las inteligencias, generar y aumentar progresivamente la conciencia política y la capacidad de razonamiento que permitan el desarrollo pleno de los guineaecuatorianos y de nuestra Nación. La Nación es territorio, son los Pueblos que la conforman, es un proyecto común en la diversidad. La ANRD se pronuncia por el respeto a nuestras diferencias étnica, cultural, religiosa y de cualquier otro tipo, teniendo como base la Constitución de 1968 y como principios la dignidad, el valor de las personas, la igualdad de derechos, así como el rescate y la conservación de nuestros recursos humanos y materiales. La ANRD está comprometido con la eliminación de todo tipo de explotación económica, opresión política y toda forma de discriminación étnica, de género, de creencia, de discapacidades mentales y físicas.
La ANRD nunca ha creído que el futuro de nuestro país pertenezca a una sola familia o etnia, a un solo grupo social o partido político; al contrario, creemos que el futuro democrático y libre, para ser tal, tiene necesariamente que pertenecer a un vasto acuerdo democrático y nacional. Para la ANRD no hay dudas: la alternativa que proponemos no sólo puede, sino que imperiosamente tiene que ser posible en acuerdo con otras fuerzas políticas de distintos orígenes en la medida que se arribe al necesario consenso sobre los problemas fundamentales del país, la manera y los plazos de resolverlos; que se pacte el respeto solemne a los acuerdos y la sanción irrestricta a quienes no los cumplan.
Consideramos que todavía estamos a tiempo de frenar este triste pasaje de nuestra historia y de nuestras vidas, y lo logramos en la medida que colectivicemos la lucha y descolonicemos nuestras mentes, que hagamos la dignidad una costumbre y nos abrazamos a una nueva cultura política ciudadana, donde el amor a la patria corre nuestra lucha.
Porque en su aparente fortaleza, está el signo de la real debilidad de la dictadura. Resquebrajada en sus cimientos y en su propia corrupción, contradicciones, peleas internas y podredumbre, la dictadura lleva los gérmenes de su propia destrucción. La corrupción, el robo a cara descubierta de todos los caudales del estado, la represión violenta y el aumento de las injusticias sociales no hacen más que provocar la reacción creciente de la ciudadanía y la pérdida del miedo y galvaniza el espíritu de resistencia que terminará por derribar la dictadura. En este sentido, la ANRD exhorta a todos los guineanos a no desmayar en el esfuerzo, a mantener viva la llama de la rebeldía, a cerrar filas para mayor unidad de propósitos y de una acción coordinadora y eficaz, que contribuya al cese de un régimen tiránico que nos llene de deshonor y de oprobio.
Como fórmula para hacer viable nuestros esfuerzos, la ANRD quiere propiciar un debate que conduce a la coordinación de recursos y esfuerzos de todas las organizaciones sociales y partidos políticos que luchan contra la dictadura. Un debate que no se limita al ropaje populista que muchas veces le da la abstracción de políticas de apariencia o de propósito subjetivo de “quítate tú para ponerme yo”. Necesitamos un debate capaz de formular iniciativas estratégicas y de formar opinión mediante un relato con contenido serio y coherente. La ANRD reafirma nuestros fines de respaldar el esfuerzo heroico de todos contra la tiranía en aptitud de producir acciones eficaces y coincidentes con nuestros propósitos e ideales.
Dado en el exilio.