Nuestro análisis
”Salir del oscurantismo, pasa por liberar el pensamiento, democratizar la palabra y acabar con el miedo”
Reunidos en un lugar del exilio, la Alianza Nacional de Restaración Democrática de Guinea Ecuatorial, acuerda dirigirse a los militantes, a la ciudadanía en general y al mundo entero, al iniciar una nueva etapa de su vida como un genuino Movimiento político progresista.
Desde su fundación, 1974, la ANRD con todos los medios a su alcance, con tenacidad y sin desmayo, viene luchando denodadamente y sin reparar en sacrificios, para reconquistar los conculcados derechos y perdidas de libertades en nuestro país desde su acceso a la independencia, 1968. La lucha de la ANRD no es un proyecto circunstancial para responder a una cierta coyuntura. Esta tiene como fin construir una sociedad sin clases, de personas libres, iguales y solidarias, por ello apunta -en el marco del proceso histórico- a generar progresivamente las condiciones políticas y materiales que permite el desarrollo pleno del guineano en particular y de nuestra Nación en general. La Nación es territorio, son los Pueblos que la conforman, es un proyecto común en la diversidad. Nos pronunciamos por el respeto a nuestras diferencias étnica, cultural, religiosa y de cualquier otro tipo, teniendo como principios la dignidad, el valor de las personas, la igualdad de derechos, así como el rescate y la conservación de nuestros recursos humanos y materiales. La ANRD está comprometida con la eliminación de todo tipo de dictadura, la explotación económica, la opresión política y toda forma de discriminación étnica, de género, de creencia, de discapacidades mentales y físicas.
Afirmamos con entera responsabilidad, que las fuerzas políticas que en el pasado contribuyeron al aislamiento y aceleraron el derrocamiento de la dictadura de Macias Nguema, se vigorizan y cobran hoy nuevos bríos para derrocar la actual tiranía y en consonancia con ello, la ANRD ha procedido a la restructuración de los organismos del movimiento para reforzarlos y hacerlos más fuertes, funcionales y eficaces.
Es prioritario acabar con la dictadura en nuestro país porque no solo no contribuye a la construcción de una sociedad más justa, sino que ha llegado a ser uno de los principales mecanismos de reproducción de la injusticia presente, la discriminación y el deterioro de los valores sociales y éticos, que generan violencia, delincuencia, corrupción, nepotismo, abuso de poder y la barbarie que impera en hechos cada vez más frecuente de la vida cotidiana de los guineanos.
El grupo en el poder en nuestro país se hunde cada vez más profundamente en el cieno de la corrupción, la arbitrariedad y el crimen. El asesinato vil, la tortura física y moral a la población entera, la vejación que no respecta las fronteras de la edad o del sexo, el desconocimiento de toda norma de derecho, el robo desembozado de los caudales públicos, el nepotismo y la discriminación étnica y cultural, la explotación y prostitución sexual y política por desaprensivos miembros del grupo en el poder, la reiterada suspensión de las garantías de sus propias constituciones, el control y la férrea censura de la prensa, etc. han sido elevados por el régimen a la categoría de sistema de gobierno.
Durante más de 40 años, por ayuda de intereses foráneos, el grupo en el poder se manifiesta cada vez más sedienta de oro y de sangre. En todas las ciudades del país aumentan las muertes y desapariciones misteriosas que originan los titulados agentes del orden o las cuadrillas irregulares organizadas para la represión. En los pueblos comete el régimen casi a diario el delito de apropiación indebida de terrenos y bienes ajenos, arrancando las vidas a núcleos de indefensos y pacíficos ciudadanos, por el solo hecho de que tal o cual haya pensado diferente a las orientaciones del dictador. Como colofón, el endeudamiento y la explotación descarada de las compañías extranjeras a nuestros recursos minerales y forestales y la penetración y control mayoritario extranjeros de casi todos los sectores económicos del país, la práctica impune de todos los vicios, donde ladrones y criminales (personajes que estarían encarcelados en cualquier otra parte del mundo) son encumbrados, mientras aquel guineano que propugne la democracia y el desarrollo del país o que intente resolver los ingentes problemas, es derrocado, exiliado o asesinado. Todo esto compromete gravemente el futuro de las actuales y próximas generaciones.
Entendiéndolo un deber insoslayable, la ANRD ha hecho un análisis minucioso no sólo con referencia a sus proyecciones, organización, estrategia general, táctica y consignas, sino también a la situación general de las posiciones de fuerzas que luchan contra la dictadura en nuestro país. Sin entrar en mayores detalles, hemos llegado a la conclusión de que la lucha contra la tiranía no debe detenerse ni sufrir menguas, por el contrario, necesita intensificarse por cuanto persisten y aumentan progresivamente las causas que le dieron origen. Consideramos que siempre estaremos a tiempo de frenar este pasaje triste de nuestra historia y de nuestras vidas, y lo haremos en la medida que colectivicemos y descolonizamos la lucha, que hagamos la dignidad una costumbre y nos abrazamos a una nueva cultura política ciudadana, donde el amor a la patria siga corriendo nuestras luchas.
Porque en su aparente fortaleza, está el signo de la real debilidad de la dictadura. Resquebrajada en sus cimientos y en su propia corrupción y podredumbre, la dictadura lleva los gérmenes de su propia destrucción. La represión violenta y el aumento de las injusticias sociales no hacen más que provocar la reacción creciente de la ciudadanía y galvaniza el espíritu de resistencia que terminará por derribar la dictadura.
Al hacer profesión de su fe en el triunfo de la buena causa de lucha, la ANRD exhorta a todos los guineanos a no desmayar en el esfuerzo, a mantener viva la llama de la rebeldía, a cerrar filas para mayor unidad de propósitos y de una acción coordinadora y eficaz, que contribuya al cese de un régimen tiránico que nos llena de baldón y de oprobio.
Como fórmula para hacer más viable y próximo el derrocamiento de la dictadura y el fin de una lucha que ensangrienta el suelo de la patria y produce dolorosas bajas, la ANRD ha decidido propiciar gestiones que conduzcan a la coordinación de recursos y esfuerzos de todas las organizaciones sociales y partidos políticos que luchan contra la dictadura y la adopción y realización de una serie de medidas que conduzcan a la creación de un cúmulo de circunstancias que provoquen la caída de la tiranía. Proclamamos nuestra fe en la eficacia de apropiadas consignas de resistencia, unas permanentes y otras circunstanciales, que posibiliten a toda la masa ciudadana evidenciar el continuo y creciente repulsa a la dictadura y su participación en la lucha contra la misma. Reafirmamos nuestros fines de respaldar el esfuerzo heroico de todos contra la tiranía en aptitud de producir acciones eficaces y coincidentes con nuestros propósitos e ideales, proporcionando toda la ayuda material y moral que esté a nuestro alcance.
Dato en el exilio